Como todos sabemos, la diabetes tipo 2 es una afección común con numerosos factores de riesgo. Las causas de la diabetes tipo 2 pueden variar desde factores del estilo de vida, como la obesidad y la falta de ejercicio, hasta el diagnóstico de diabetes gestacional durante el embarazo. Cuando estemos sanos, prestaremos atención a si hay alguna forma de prevenir la diabetes. Cuando ya vive con diabetes tipo 2, ¿qué buenos hábitos de estilo de vida pueden ayudarnos a mantener un nivel estable de glucosa en sangre?
Trabajando estrechamente con su médico, puede controlar su diabetes centrándose en seis cambios clave en su vida diaria. Aquí hay 6 pasos simples que puede seguir para ayudar a controlar la condición estable de los niveles de azúcar de la diabetes y mejorar su bienestar general.
1. Plan de alimentación saludable
Uno de los pasos más importantes que puede tomar para controlar la diabetes y reducir el riesgo de enfermedad cardíaca es mejorar su dieta y cambiar el estilo de vida alimentario poco saludable. Siempre que sea posible, reduzca o elimine el sodio, las grasas trans, las grasas saturadas y los azúcares añadidos de sus comidas.
Trate de asegurarse de que cada comida que ingiera tenga un equilibrio saludable de frutas, verduras, almidones, grasas y proteínas. Elija carnes magras y sin piel, como aves y pescado, en lugar de carnes rojas grasas y, como regla general, evite los alimentos fritos. Opte siempre por opciones integrales cuando compre pan y pasta, y elija quesos y productos lácteos bajos en grasa cuando compre en el pasillo de lácteos.
Prestar atención:
Antes de hacer tu Plan de alimentación saludable Como ocurre con cualquier condición médica, las personas con diabetes tipo 2 deben consultar con sus médicos antes de comenzar cualquier dieta. También es una buena idea trabajar con un dietista registrado y/o un educador en diabetes para elaborar un plan de alimentación que se adapte a sus necesidades.
2. Sigue haciendo ejercicio
¿Cómo afecta el ejercicio el azúcar en sangre? Cuando haces ejercicio, tu cuerpo necesita energía adicional del azúcar en la sangre, también llamada glucosa.
Cuando realizas algo de actividad física rápidamente, como correr para coger el autobús, tus músculos y tu hígado liberan glucosa como combustible.
El ejercicio suele reducir tus niveles. Si toma insulina o medicamentos para la diabetes, un aumento en la intensidad o duración del entrenamiento puede significar que tendrá que ajustar sus refrigerios, medicamentos o ambos. Hable con su médico sobre lo que es adecuado para usted.
Prestar atención: Hable con su médico. Hágales saber lo que quiere hacer. Ellos pueden asegurarse de que esté listo para ello. También comprobarán si necesita cambiar sus comidas, insulina o medicamentos para la diabetes. Su médico también puede informarle si es importante la hora del día en que hace ejercicio.
3. Manejar la salud del estrés mental
El estrés puede afectar a las personas de manera diferente. El tipo de estrés que experimenta también puede tener un impacto en la respuesta física de su cuerpo. Los altos niveles de estrés aumentan el riesgo de presión arterial alta, lo que aumenta significativamente las probabilidades de desarrollar una enfermedad cardíaca.
Si normalmente experimenta mucho estrés o ansiedad, debe incluir ejercicios para reducir el estrés, como la respiración profunda, la meditación o la relajación muscular progresiva, como parte de su rutina diaria. Estas sencillas técnicas sólo toman unos minutos y se pueden realizar prácticamente en cualquier lugar. También pueden marcar una gran diferencia cuando te sientes particularmente estresado o ansioso.
4. Monitoreo del nivel de azúcar en sangre
Tomarse unos minutos todos los días para controlar sus niveles de azúcar en sangre y presión arterial y registrar los resultados es un hábito útil. Los monitores domésticos para medir la glucosa en sangre y la presión arterial están disponibles en línea y en la mayoría de las farmacias. El costo puede ser cubierto por su proveedor de seguro médico.
Haga todo lo posible para verificar sus niveles de acuerdo con las instrucciones de su médico y anote sus resultados en un diario o en una hoja de cálculo. Lleve este registro a su próxima cita médica y pídale a su médico que revise los datos con usted para evaluar su progreso.
5. Plan para bajar de peso
Según la fuente confiable de los CDC, más de un tercio de los adultos estadounidenses tienen sobrepeso o son obesos. La obesidad es un factor de riesgo común para las enfermedades del corazón. También está directamente relacionado con la presión arterial alta y el colesterol y el azúcar en sangre mal controlados.
Si no está seguro de si su peso se consideraría en el rango de sobrepeso u obesidad, puede tomar medidas para averiguarlo. Realice una búsqueda rápida de calculadoras de índice de masa corporal (IMC) en línea y escriba su altura y peso. Un IMC entre 25,0 y 29,9 cae dentro del rango de sobrepeso. Un IMC de 30,0 o más se considera obeso.
Tenga en cuenta que las calculadoras de IMC no funcionan para todos, pero pueden darle una idea de si debe hablar con su médico. Si se encuentra dentro de cualquiera de estos rangos, es una buena idea preguntarle a su médico si se beneficiaría de un plan de pérdida de peso.
6. Comuníquese con su médico
Su médico es el recurso más valioso que tiene para obtener información y consejos sobre cómo controlar mejor su diabetes y reducir su riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Adquiera el hábito de programar citas con su médico al menos dos veces al año, independientemente de si las considera necesarias o no. Los chequeos regulares ayudarán a su médico a controlar sus niveles de glucosa, colesterol y presión arterial. También le dará la oportunidad de hacer cualquier pregunta que pueda tener sobre la diabetes y las enfermedades cardíacas.
Resumen:
Si tiene diabetes tipo 2, llevar hábitos saludables y un estilo de vida saludable puede ayudarlo a controlar sus niveles de azúcar en la sangre y reducir el riesgo de complicaciones. El cambio puede ser un desafío para revisar todos sus hábitos a la vez. Pero incluso los pequeños cambios pueden marcar la diferencia.
Al final, no tengas vergüenza de hablar con tu médico sobre cosas como tu peso, tu dieta o tu rutina de ejercicios. Cuanto más honesto sea, más fácil será para su médico brindarle comentarios valiosos sobre su salud.
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